Enjauladas entre estiércol sin poder estirar sus alas, jaloneadas, estresadas y seleccionadas genéticamente para producir más. Así, por falta de regulación, viven gallinas en una granja de Sonora para que el consumidor pueda alimentarse con huevo, de acuerdo con una investigación encubierta de Mercy for Animals que refleja la situación de millones de estas aves en el resto del país.
ADVERTENCIA. IMÁGENES FUERTES
Ciudad de México, 26 de marzo (SinEmbargo).– En una granja de Sonora, como ocurre en la mayoría del país, las gallinas son maltratadas incluso hasta la muerte para producir huevos ante la falta de aprobación de una norma mexicana que prohiba el uso de jaulas y la explotación en la que sobreviven, revela una investigación de Mercy for Animals a la que tuvo acceso SinEmbargo.
"Son como una máquina para producir huevos nada más", comentó un trabajador de la granja con una carreta con gallinas muertas al investigador encubierto de la organización.
En la industria del huevo en México existen alrededor de 200 millones de gallinas, de las cuales más del 90 por ciento está confinada en jaulas. Por ello Mercy for Animals, que se dedica a prevenir la crueldad en contra de los animales explotados en la industria alimentaria, exige a la Secretaría de Agricultura y Ganadería (Sader) que aprueben e implementen una norma para regular la producción y el etiquetado del huevo libre de jaula, ya que estos sistemas reducen considerablemente el sufrimiento de las gallinas.
Hasta el momento, a falta de la publicación de una NOM, grandes distribuidoras como Bachoco o San Juan no están ni siquiera obligadas a informar cómo se obtuvieron los huevos que llegan a la mesa de miles de mexicanos. México es el principal consumidor de huevos per cápita en el mundo y el cuarto productor a nivel global.
En 2018 fue la primera vez que el Programa Nacional de Normalización inscribió, por medio de la SADER, el Anteproyecto de Norma Oficial Mexicana al respecto. Al siguiente año, se creó el grupo de trabajo para la revisión y la elaboración del anteproyecto, al cual se sumó la Secretaría de Economía. No obstante, vino la transición de Gobierno federal y luego la COVID-19 y se interrumpió el proceso. Fue hasta el 2022 que se publicaron dos anteproyectos en el Programa Nacional de Infraestructura de la Calidad 2022: por parte de la SADER y la de Economía, aún pendientes por implementarse.
GALLINAS HACINADAS Y ESTRESADAS
Para que las gallinas de la granja de Sonora pongan la mayor cantidad de huevos posible son modificadas genéticamente y alteran su comida, colocada a lado de las jaulas, lo cual les provoca padecimientos serios que a menudo quedan sin recibir atención veterinaria. Los gatos que se comen los cadáveres de estas aves también mueren, muestra el video de Mercy for Animals en conversación con un trabajador de la granja. Las imágenes captadas por un investigador encubierto incluso muestran a las aves con órganos del aparato reproductor que sobresalen de su cuerpo.
"Puro químico esta madre", dijo el trabajador de la granja que lleva en una carreta cadáveres de gallinas muertas que planea incinerar.
Algunas de las aves mueren tras quedar atrapadas entre el alambre de las jaulas y otras mueren en el lodazal de estiércol sobre el que caen tras escapar de sus jaulas. Además de causarles sufrimiento y muerte, Mercy for Animals advierte que el confinamiento y las condiciones insalubres debilitan su sistema inmune y crean condiciones favorables para que los patógenos proliferen y puedan infectar a los consumidores, lo que representa una grave amenaza para la salud pública.
"Miles de gallinas viven amontonadas en jaulas sucias y tan pequeñas que cada una de las aves tiene un espacio para vivir no mayor al de una hoja de papel tamaño carta. Estas condiciones impiden que las gallinas puedan caminar libremente, extender las alas o realizar otros comportamientos naturales de su especie", afirma la investigación de Mercy for Animals.
En entrevista, el investigador encubierto cuya identidad se resguarda por seguridad, compartió haber sentido "mucha tristeza" al ser testigo de las condiciones en las que se tienen a las gallinas durante la producción masiva de huevos, por lo que, al haberlo visto en directo, su exigencia a la ciudadanía es mayor: dejar de consumir productos de origen animal.
"Pasan toda su vida enjauladas y son obligadas a poner huevos", dijo. "Al estar poniendo huevos, prolapsan y, como no son atendidas, mueren".
Además, cuando algunas de ellas logran escapar de las jaulas, la práctica más común que observó es jalarlas con un palo y un alambre, lo que les causa estrés. "Me causa mucha tristeza ver a los animales así, con tanto sufrimiento", aseguró.
En el video el investigador captó a un trabajador de la granja jalar con alambre a una gallina. "La voy agarrar y la voy a dejar sola. La voy a castigar primero por andar de mañosa", dijo mientras golpeaba a una ave que escapó de la jaula, el hogar de millones de gallinas en México hasta que mueren "desfundadas", es decir, con el órgano reproductor dañado.
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